sábado, 3 de septiembre de 2011

La chica burbuja

La chica burbuja era demasiado especial para el mundo. El mundo era demasiado duro para la chica burbuja.

La chica burbuja vivía en un hospital desde los cinco años, y cuando salía lo hacía en una burbuja de plástico por sus alergias. De pequeña iba a colegio como todos los niños de su edad, pero a diferencia de sus compañeros su pequeño mundo se delimitaba por unas paredes transparentes, no podía tocar nada ni a nadie.

Nunca la importó demasiado, su enfermedad la hacia sentirse única, especial, diferente al resto del mundo que necesita el contacto con sus seres queridos, hasta que le conoció a él.

Él era un chico despistado, de mirada perdida, con aire soñador, y manos llenas de tinta constantemente, nadie le hacia mucho caso pero la verdad es que él no necesitaba a la gente, teniendo una hoja a la que dibujarle sus sentimientos no le hacia falta más.

Se conocieron en la biblioteca, ella en su inseparable bola de plástico, y él buscando un libro al azar que le abriera el corazón a una historia inimaginable, desde el primer momento sus miradas conectaron, no necesitaron decirse nada para saber que eran el uno para el otro, el dibujo un corazón con los dedos en la burbuja y ella le sonrío con la sonrisa de los que nunca han tenido motivos para hacerlo pero aun así quieren.

La chica burbuja se odiaba por que él querría acercarse a ella pero aunque él jamás podría abrazarla ninguno de los dos lo necesitaba.

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