domingo, 25 de septiembre de 2011

NUNCA

A Emma le encanta esa palabra, le encanta decir las cosas que NUNCA hará, las cosas que NUNCA dirá, las cosas que NUNCA sentirá, realmente le gusta sentirse encerrada en esa palabra, una palabra tremendamente fea, una palabra que te prohíbe, que te corta las alas y en el caso de Emma una palabra que pone un poco de orden a su vida, no sabe lo que hará, pero si lo que NUNCA se permitirá hacer, NUNCA se enamorará, NUNCA odiará a nadie, NUNCA se encariñará de una mascota para verla morir, NUNCA dejará que la gente se olvide de ella pero ella olvidará a menudo, irá rompiendo reglas y corazones pero NUNCA dejará que se lo hagan a ella. Pero lo que Emma sabe y no se atreve a reconocer es que no debe ponerse límites, que ya rompió su primera promesa, que NUNCA diría NUNCA.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Suicide

Blanca se mira las cicatrices, es consciente de lo que ha hecho, y también sabe que lo volverá a hacer no sabe si hoy o mañana pero lo hará, no sabe si pretende morir o simplemente saber que controla su vida pero sabe que es la oscuridad de su interior la que la empuja ha hacerlo, aquella que no le deja disfrutar de los momentos mas alegres de su vida, aquella que siempre se esconde detrás de su mirada, esa que hace que su vida no sea mas que un pozo sin fondo, la oscuridad que se traslada a su exterior en forma de pesimismo, de obsesión por la muerte y ropa constantemente negra. Blanca lo repetirá una y otra vez, hasta que un día su valiente cobardía le permita seguir hasta el final, donde su negra amiga la muerte la espera con los brazos abiertos.

sábado, 3 de septiembre de 2011

La chica burbuja

La chica burbuja era demasiado especial para el mundo. El mundo era demasiado duro para la chica burbuja.

La chica burbuja vivía en un hospital desde los cinco años, y cuando salía lo hacía en una burbuja de plástico por sus alergias. De pequeña iba a colegio como todos los niños de su edad, pero a diferencia de sus compañeros su pequeño mundo se delimitaba por unas paredes transparentes, no podía tocar nada ni a nadie.

Nunca la importó demasiado, su enfermedad la hacia sentirse única, especial, diferente al resto del mundo que necesita el contacto con sus seres queridos, hasta que le conoció a él.

Él era un chico despistado, de mirada perdida, con aire soñador, y manos llenas de tinta constantemente, nadie le hacia mucho caso pero la verdad es que él no necesitaba a la gente, teniendo una hoja a la que dibujarle sus sentimientos no le hacia falta más.

Se conocieron en la biblioteca, ella en su inseparable bola de plástico, y él buscando un libro al azar que le abriera el corazón a una historia inimaginable, desde el primer momento sus miradas conectaron, no necesitaron decirse nada para saber que eran el uno para el otro, el dibujo un corazón con los dedos en la burbuja y ella le sonrío con la sonrisa de los que nunca han tenido motivos para hacerlo pero aun así quieren.

La chica burbuja se odiaba por que él querría acercarse a ella pero aunque él jamás podría abrazarla ninguno de los dos lo necesitaba.